iñigo

¡Iñi, deja de leer lo que escribo!

Yo nunca le pondría Iñigo a mi hijo porque suena a nombre para gnomo de jardín, es más, así se puede llamar este amigo mío que decidió cambiar de profesión y convertirse en mi gnomo de escritorio.

Se supone que los gnomos de jardín se encargan de cuidar para que no entren los malos espíritus, son de la suerte y custodian los espacios abiertos para proteger a las familias. ¡Qué linda tradición! Cada cultura desarrollo amuletos y estos gnomos me parecen muy simpáticos, les tengo mayor cariño desde la película Amelié, en donde la enmascarada heroína inspira a su padre a vivir plenamente utilizando como instrumento a un hermoso gnomo de jardín, que comparte gustos con el mío de escritorio con su vestimenta azul aderezada con gorro rojo.

Mi siguiente acercamiento fue un homenaje a mi heroína favorita, compre como regalo para alguien muy especial un gnomo de cerámica de unos 60 centímetros de alto,  lo transporte y fotografíe durante unas vacaciones, sin siquiera pensar en lo ridícula que veía con mi peculiar amigo a cuestas. Algunos dicen que el amor ciega, en mi caso me quita la sensatez y la vergüenza.  El regalo fue todo un éxito, aunque ya no estamos cerca, sé que sigue trayéndole una que otra sonrisa a su dueño.

Mi curioso amigo es un obsequio de alguien muy cercano y especial, una de esas personas lindas que te rodean en la vida y te escuchan o leen con detenimiento. Es justo como quería a mi compañero, sonriente y bonachón, así como los gnomos comunes protegen un jardín, este me protege a mí de perder la esperanza, está encargado (desde hoy) de recordarme que debo sonreír, de acompañarme a lo largo del día y a custodiar mi escritorio de los intrusos por la noche.

Se llamará Iñigo. No quisiera pasearlo mucho porque es frágil y quiero que me acompañe lo más posible.

7 comentarios

    • Lo sé pero aun así no me agrada nada, igual que me disgustan nombres como Violeta o Azul, no me parece adecuado bautizar a un pequeño con un color, además el nombre me ha venido a la mente cuando pensé en bautizar a mi compañero.

      Estoy muy alegre con él acompañandome, espero que mis amigos de la oficina no me vean tomamdole fitografías y piensen que he perdido la razón.

      Saludos y un gran abrazo.

      Me gusta

  1. ¡Yo quiero un Iñiguito!

    Y sobre el nombre, si te sirve de consuelo… yo tengo un unicornio rosa que iba a regalar en Navidad y no pude. Al final, se llama Isolda.
    ¿No te parece feo el nombre? XD
    A mi sí, pero se me ocurrió ponerle así.

    Pero me gusta mucho tu gnomito. ¡Quiero uno! ¡Y le pondré Íñigo también! 😀

    Me gusta

Deja un comentario